viernes, 17 de febrero de 2023

Mujer

 Y vengo aca como siempre que quiero vomitar cosas, sin herir susceptibilidades.

Hoy es un día triste, quizás el más triste de mi vida. Como estoy adormecida, confortably numb, sigo, tecleo, trabajo, escucho música y le hago chistes a mis compañeros. Puedo ponerme ésta careta de que todo está bien, y aún en el baño, sola, no me permito llorar. 

Pero la puta madre, 2023, tanto, de verdad, tanto? me dejaste ser tan feliz el 2022, que éste te las cobras con de todo. 

Mi abuela era jodida, para qué mentirnos. Era una gallega complicada, rebuscada. Pero al mismo tiempo, era la mujer más adorable del mundo. Culta como poca gente que he conocido. Siempre en tema, aún con sus 95 años y estando casi totalmente sorda, ella siempre tenía una respuesta para darte. Amante de viajar el subte y del cine y meriendas. 

Con las manos más hermosas que jamás vi, arrugaditas, torciditas. Esas manitas amasaban los mejores fideos, tejían las mejores bufandas, te abrazaban como si no hubiera mañana. Me hubiera gustado estar más cerca el último tiempo. El miedo de verte tan viejita y que esa imagen perturbe la que tengo y voy a tener siempre en mi retina, quizás eso hacía que no fuera. 

Mi abuela me enseñó todo lo que es ser mujer. Mujer libre, independiente, buena amiga, pésima suegra, genial abuela. Mujer laburante, con vuelo y peso propio. Mujer hermosa, mi abuela. 

Es tan injusto como jodidamente real que no estés. Casi 96 años, cuánto más ibas a estar? Pero se que tuviste una GRAN vida, que te reiste mucho, que nos reímos mucho. Me quedo con todas las pelis, con todos los mediodías cuando se fue el abuelo, comiendo solitas. Me quedo con Villa Rosa y nuestras aventuras en bici, con los mates y las ciruelas. Me quedo con los mejores sanguchitos de lomo con papas fritas y con manitos tejiendo. 

Me quedo con el optimismo que siempre tuviste para ver la vida, me quedo con tu sonrisa cuando logre que Nelson te mande un video, me quedo con tu amor tan eterno, que hace que aunque no estés, te siente sentada al lado mío. 

Ahora se caen las lágrimas, como funciona este corazón y ésta catársis. Menos mal que nadie lee ésto, es un delirio. 

Te amo con todo mi corazón, gran mujer de mi vida. Aca estás siempre. 

jueves, 13 de agosto de 2020

Metamorfosis

 Y la puta enfermedad, el puto virus que nos tiene a todos alineados hace ya seis meses me hizo volver aca, un año después, para decir Adios. 

Y por qué por aca? Se preguntaran los nadies que me leen. Porque a la única persona que le podrían interesar éstas palabras, en éste momento, la matarían. 


Lo conocí alla por 2010. Hueso duro de roer, cara de orto tatuada. Malas contestaciones. Hasta que un día le pedi un pucho, me dio un Benson y nos pusimos a hablar, solos. Durante los meses mágicos que compartimos en Rincón, siempre fue el más cómplice, el que me cebaba los mejores y los peores mates del mundo. Nos encantaba charlar en inglés y reirnos de que el resto no nos entendiera. Siempre el chiste fácil. 

Fue la primera persona que me enseñó a hacerle frente a la gran dictadora de mi vida, fue el primero que me dijo "tenés que decir hasta aca" y me explicó como hacerlo. Después la vida nos separó, estuvimos un tiempo sin vernos, cuando volví a saber de vos, era por todo el daño que habías causado. Agarraste a la mujer más importante de mi vida, a una mujer rota y la destrozaste. Nunca la vi llorar asi y eso que es una mujer fuerte. Nunca la vi gimotear y temblar como cuando hablaba de ese dolor. Te desee lo peor. Eras el ejemplo del macho de mierda del que todos hablan. Causaste tanto dolor en toda la gente que ame y amo. 

Pero el tiempo pasó. Volviste en forma de Poncharello. Fui a esa sala a verla a ella, que se había rapado y estaba preciosa, reluciente. Y ahi estabas vos. La mire y le dije todo en un segundo. Ella solo me dijo "después". Me dijo que había vuelto, que había cambiado. Cuántas veces escuchamos esto? Cuántas veces vimos a una mujer víctima de violencia diciendo eso? Cientos? Miles? Millones? Con escepticismo le dije, ok, sos una mujer grande, sabés lo que hacés, como para no mandarla a la mierda. 

Y pasaron los meses y me di cuenta que realmente habías cambiado. Que toda esa violencia la transformaste en amor. No se qué fue, pero de repente, eras el protagonista de Kafka, habías completado la metamorfosis. 

La empezaste a tratar como ella siempre lo mereció, como una reina. Apoyaste todos sus proyectos, la hiciste conocer España, su gran sueño. La llenaste de amor, de paseos, de mates ricos, de chapes adolescentes. Se dieron el gusto de ser abuelos, y que buen abuelo que fuiste. Ese viaje sorpresa a Colombia, esas risas que me quedaron tatuadas en la retina, de los mejores videos que vi. Todo ese amor que acumulaste y vomitaste es lo que hace que hoy, para mi sea una mierda tener que decirte chau. 


Es una mierda morirse, es una mierda morirse solo, pero lo peor, es que creo que te fuiste en el mejor momento de tu vida. 

Te deseo un buen viaje, no se si existe el cielo y el infierno, y si existieran, no se tampoco a donde irías. No se si 3 años buenos cubren 20 malos, pero que buenos que fueron éstos últimos tres. 


Gracias por todo lo que me diste, y gracias por hacerla feliz a ella. Dale mucha paz, lo necesita. Te abrazo desde aca. Cuidala. Te quiero Poncha. 

martes, 6 de agosto de 2019

Simbiosis

"y ha pasado mi hora,
Quién robo mis años,
Cambio a toda esta familia
Por un segundo con vos,
Si te veo ahora,
Aunque termine en un hospicio,
Tomo una botella
Y juego a la botellita con vos"


Cuesta, pero llegó el día de decirte Chau. 
Porque hace días, desde que te pienso tan profundo que me siento mal y las ganas de vomitar me sacaron todas las fuerzas. 
No se por qué apareces, no se por qué no me bloqueas, no se por qué me obligas a mi a enfrentarme al dolor de hacerlo yo. De borrarte de mi vida, de una vez y para siempre. 

Y de repente, a mis 30, me encuentro esbozando este adios lejano, y de repente tengo 15 y estoy tirada en tu cama, escuchando Bersuit. Mirando tu cara, cada centímetro de esa cara fascinante, de esos ojos separados. 
Jugando con Checha (que era Che, hasta que se dieron cuenta que era hembra), que me robaba los bonobones y se metía entre los dos para que no te besara. Temblando cada vez que me abrazabas, temblando ante ese amor adolescente que me corroe aún hoy las venas. Recuerdo cada segundo en Necochea. Cada segundo en cada plaza, en todos lados. Recuerdo la última vez que te vi, el último beso que me diste, el último abrazo abajo de la lluvia, mientras me envolvías en tu rompeviento y me cantaba "cuando" de Arjona al oido, mientras yo pensaba que nunca me habían querido tanto. Tengo en mis manos el tacto de tus rulos, en mis ojos los tuyos, tu voz grabada a fuego. 

Pero pasaron 15. Hoy estoy feliz, hoy estoy tranquila, hoy tengo casi todo lo que siempre soñé. Sería injusto para mi misma, que me costó tanto esto, perderlo o arriesgarlo por la sombra de alguien que no fue ni será nunca. 

Me quedo con los recuerdos, porque esos no se pueden borrar, me quedo con los hermosos y breves momentos que pasamos, se que quizás vos no los recuerdes, asi que yo lo voy a hacer por los dos. Y sobre todo, me quedo con esa frase que me dijiste a tus 20, cuando me dejabas "estuviste tan cerca de ser la mujer de mi vida".

Buena vida negro, buena vida, se feliz. 

"hay una especie de simbiosis"

martes, 19 de junio de 2018

IVE

Porque decir ABORTO de título es un poco fuerte.

Quizás ya todos se expresaron e hicieron miles de posteos, diciendo tal o cual cosa.

Yo no hablé con mucha gente, porque es un tema que hiere demasiado. Y me acordé de este blog en desuso y dije, "¿por qué no?"

Antes que nada, porque parece que tenés que tener una experiencia propia o cercana del tema, aclaro, YO SUFRI DOS ABORTOS ESPONTÁNEOS.

Y contando mi historia voy a contar mi postura. Y voy a purgar, como siempre, un poco más.

2007 - Tenía 18 años recién cumplidos. Estaba muerta de amor de un barrilete cósmico que me hacía reir tanto que me dolía la panza. Un día juntamos todos los pesos que teníamos para pagarnos la mejor suite de un telo. Nos alcanzó para eso y para un paquete de Phillips. Entramos a la habitación, cinco horas por delante. Y nos dimos cuenta de que no habíamos comprado forros. Y no teníamos un centavo más. Cinco horas por delante!! Y bueno, tomamos la inconsciente decisión de no cuidarnos, total, ¿Qué tanta mala suerte podíamos tener?

Tuvimos mucha mala suerte.

A los dos días yo ya sabía que estaba embarazada. Lo sentía en todo el cuerpo, sin necesidad de hacer ningún test. Lo sabía porque no me sentía sola, era una sensación rarísima. Recuerdo que le conté a mis amigos más cercanos antes de hacerme siquiera un test. Asi de segura estaba.
Por esas cosas de la vida, el barrilete nunca se enteró (no se enteró a tiempo, sino después, pero ya llegaremos a eso).
Yo en ese momento estudiaba, recién salía del secu y era una mocosa de mierda. Y estaba extasiada. Si, sabía que tenía que encarar a mis viejos, que iba a ser todo imposible. Sabía que el barrilete iba a querer volar cuando supiera. Pero yo iba a ser mamá, qué mejor?

A los dos meses y medio, estaba entrando a la mañana al gimnasio y sentí algo raro, sentí algo roto. No literalmente, sentí algo roto espiritualmente. Entré al gimnasio, fui al baño y bueno, sucedió.
Asi como entré salí, me fui a comprar cigarrillos (claramente había dejado de fumar), me senté a la vuelta, llamé a mi amigo Nano, que me dijo "No se si estar contento o triste". Siempre me voy a olvidar de sus palabras. Porque todos mis amigos me decían que era una locura, pero el era el único que estaba al lado, bancando los trapos.

Fui al médico a hacer lo que tenía que hacer y guardé ese dolor para siempre adentro mío.

El barrilete se enteró muchos meses después. Lo encontré medio de casualidad y se lo conté. Para qué? Porque tenía que saberlo, tenía que saber que casi fue papá. Y el me dijo que se hubiera hecho cargo, por más de que entre nosotros jamás hubo amor. Si, ya se que dije muera de amor, pero era solo de mi lado, no del lado de él. Nos abrazamos, nos dimos unos besos en Parque Las Heras y casi no volvimos a hablar. Sé que aunque ambos hayamos hecho nuestra vida, de vez en cuando, se debe acordar de todo esto.

FastFoward-

2010 -20 años. De novia hace pocos meses con un enano copado. Mi primera relación con familia incluida, la primer casa dónde me quedé a dormir "legal". Primera vez que me sentí "parte".
Con el enano no nos cuidábamos y punto. Nunca fue un tabú, simplemente fue así. El venía de una relación y una pérdida grande atrás, yo también, creo que fue más por ese lado.

Estábamos super enamorados, ahi si, los dos. Dados vuelta de amor.

Un día tuve la misma sensación que en 2007, la de la no soledad. Ahi si me hice un test enseguida y las dos rayitas corrieron. Estaba segura, no necesitaba nada. Se lo conté, nos pusimos contentos y empezamos a planear, a ver qué hacer. A ver qué mierda hacer, porque no teníamos un mango ninguno de los dos, sin laburo. Pero bueno, si  no podíamos alquilar algo para los dos, me iba a vivir con él y su familia que tanto amo. Pensamos todo.

Un día me desperté de la siesta con un dolor infrahumano, sentía que me partía a la mitad. No me podía ni mover. Lo desperté, llorando, y le pedí que me llevara al baño. Me tuvo que llevar a upa, porque no me podía mover. El estaba blanco como un papel, se sentó en el borde de la bañera a esperar. Y volvió a suceder. Mi cuerpo diciendo no, de nuevo. Ésta vez estaba un poco más adelantado, pasaditos los tres meses. La imagen del horror. Porque uno cuando piensa en aborto, no se si imagina en estos casos qué es lo que ves. Tampoco lo voy a contar por aca, pero es el dolor hecho desecho.

Lloré días enteros, dejé de comer, me quería morir. ¿Por qué pasar por ésto dos veces? Si era lo que yo más quería!

Pasa el tiempo y te das cuenta, o por lo menos eso me pasó a mi, que no eran los momentos indicados, que claramente no eran las personas indicadas. De esa forma logré salir y superar y darme cuenta de que no fue mi culpa que haya sido asi.

Hoy tengo casi 29. Por un tema hormonal soy infértil. En el caso de que quiera ser madre, se que voy a tener que hacerme mil tratamientos, inyectarme y demás. Y solo pienso en esos dos bebés. Porque eran bebés, no eran fetos, no eran cigotos, eran bebés, eran mis bebés. Pienso en cómo sería mi vida si ellos estarían aca. Y seguramente mi vida hubiera sido mil veces más complicada de lo que lo es hoy, pero también sé que sería más feliz por tenerlos. Que si hubiera podido hacer algo para evitarlo, lo hubiera hecho.

Pasar por un aborto es una experiencia espantosa. Ni te digo pasar por dos.

Entiendo que cada mujer es libre de hacer y deshacer con su cuerpo. Pero perdí embarazos en la edad gestacional de la cual se habla ahora como "abortable" y les puedo asegurar que no es solo tu cuerpo, es el cuerpo de otra persona que estás abortando. Es otra vida que estás optando por desechar.

Por eso no puedo nunca estar a favor. Por eso trato de no opinar, porque sé que las mujeres de mi generación no ven lo que veo yo. Y no quiero discutirlas ni convencerlas de nada. Pero mi decisión y opción siempre es la vida, más alla de todo lo que venga alrededor.


miércoles, 11 de abril de 2018

La voz de la ausencia

En días como hoy extraño tu voz. No es que cuando estabas hablásemos muchos, pero hoy me hace falta.

Aunque a veces pienso que quizás si estuvieras vivo, no estarías muy feliz conmigo. No terminé de estudiar como hubieras querido, ni baje todos esos kilos que tengo de más. Se que te hubiera gustado saber que me volvi una persona responsable, que trabajo como una burra para tener un futuro mejor, para poder darme los gustos que quiero.

Pero extraño tu voz, extraño tu voz cantándome que "canta y no llores". Extraño tus historias, tus manos rotas. Extraño ser chiquita y abrazarte, sentir el pecho peludo, el sweater, como le decíamos con Sol y Seba.

Extraño tu forma de encarar la vida, siempre para adelante, nunca para atrás. Extraño trabajar juntos en Villa Rosa, que nos enseñes a trabajar la tierra, a cuidar las plantar.

Extraño como siempre preferiste a Seba, y si, es justo, si cuando te fuiste, una parte de él se fue con vos, se despedazó. Nosotras con Sol solo te amábamos con locura.

Extraño a mi abuelo, extraño verte sentado leyendo el diario en la punta de la mesa, extraño tus anteojos verdes y gruesos. Extraño ver tu mirada, jugando con los colibríes.

De todas formas, siempre me queda lo mejor, asi me enseñaste. No tengo muchas más palabras. Ojalá que desde dónde estés las puedas leer. Ojalá que las estés leyendo ahora, sobre mi hombro, mientras las vomito sin poder frenarlas. Ojalá pueda sentir tu abrazo en mi espalda, tu amor en mi corazón.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Ese bichito

Todos tenemos un bichito adentro.

Ese que nos dice "Dalee, arriba" a la mañana o el que nos dice "Para de tomar" después del x (inserte aqui su cantidad de tolerancia) vaso de Fernet.

Pero ese mismo bicho del orto, es el que dice "Te está cagando". Si, bichito sorete, que no dejas de gritar al oido, por más de que no queramos escucharte.

Ese que representa todas las inseguridades que te construyen. Cada rollito que tenés de más, cada estría o pocito. Cada pelo que te sale en el lugar menos indicado. Cada rasgo de tu personalidad que te perturba de vos misma. Ahi está ese bichito para recordártelo y no dejarte nunca en paz.

Es una guerra constante, contra el bichito. Para tratar de seguir adelante y no escucharlo, porque te frena, no te deja seguir, te ahoga, no te deja respirar.

El bichito te bloquea, hace que la cabeza deje de funcionar, se transforma en todo lo que ocupa tu insegura cabecita. Anida, hecha raices, se pudre y se muere ahi y te deja el olor a mierda flotando en la cabeza.

Me encantaría poder escribirles sobre otra cosa hoy. Pero el bichito no me deja.

No puedo pensar, no puedo respirar.

lunes, 19 de febrero de 2018

Feminismo

El otro día, hablando con mi novio y un amigo, tuvimos una hermosa discusión acerca del feminismo.

Ellos hablan del feminismo desde la revolución, desde el choque, la "violencia", la disrrupción.

Y mientras decían eso, me puse a pensar en mi, en lo que el feminismo es para mi.

El feminismo para mi cumple 91 años en abril del 2018.

El feminismo tiene las manos más arrugadas que vi en mi vida, las más venosas. Esas manos que, cuando era chica, me contaba que se había deformado juntando caracoles en la playa. Todo para protegerme de eso llamado artrosis, todo para que no tuviera miedo.

El feminismo tiene la voz quebrada por los años y los daños. Tiene la voz fuerte, retadora, aunque se vaya apagando.

El feminismo tiene un solo ojo, porque se cansó de mirar injusticias. Porque la vida le sacó hasta eso.

El feminismo se va achicando con los años, todos los años está unos centímetros más chiquito.

El feminismo fue el primero que se enteró cuando quise buscar trabajo, y fue el primer número que marqué para contar que me habían tomado. El feminismo me enseñó que trabajar es la única forma de rebelarse, para ser independiente, del hombre y de la sociedad.

El feminismo me enseñó a ser libre, me enseñó que apoyarme en mis amigos es la salida a cualquier problema. Me enseñó que el amor es hermoso, mágico, pero no necesariamente codependiente. Me enseñó que se puede amar sin ser simbiótico, amebístico.

El feminismo me enseñó a romper barreras, a animarme, como lo hizo ella, cuando todos iban de traje a la playa, ella se calzó el dos piezas, para arrancar suspiros e indignación.

El feminismo es ella, mi abuela Nélida. Que desde el amor, la paciencia y el ejemplo, me enseñó más de lo que pueda decirme siquiera una chica gritando en televisión. Me enseñó a enfrentar la injusticia con la cabeza en alto, y trabajando desde mi lugar, desde mi postura. Hacer bien lo tuyo, ser una buena persona, una buena madre, una buena esposa, una buena mujer, una buena trabajadora, porque asi se cambian las cosas, desde tu lugar, siendo un poco mejor cada día.

Y con 91 años, entiende mucho más todo de lo que nadie entendió. Porque lo vivió todo y sigue estando aca, para darme cátedra de cómo mejorar este mundo podrido que transitamos.

A todos, les deseo una abuela Nélida como la mía. Les deseo que puedan encontrar una forma de luchar desde el amor absoluto, evitando la confrontación y los choques.

Les deseo la plenitud de saber que estás en el camino correcto, porque ella te lo marcó antes.

ESO, es el feminismo para mi.