martes, 19 de junio de 2018

IVE

Porque decir ABORTO de título es un poco fuerte.

Quizás ya todos se expresaron e hicieron miles de posteos, diciendo tal o cual cosa.

Yo no hablé con mucha gente, porque es un tema que hiere demasiado. Y me acordé de este blog en desuso y dije, "¿por qué no?"

Antes que nada, porque parece que tenés que tener una experiencia propia o cercana del tema, aclaro, YO SUFRI DOS ABORTOS ESPONTÁNEOS.

Y contando mi historia voy a contar mi postura. Y voy a purgar, como siempre, un poco más.

2007 - Tenía 18 años recién cumplidos. Estaba muerta de amor de un barrilete cósmico que me hacía reir tanto que me dolía la panza. Un día juntamos todos los pesos que teníamos para pagarnos la mejor suite de un telo. Nos alcanzó para eso y para un paquete de Phillips. Entramos a la habitación, cinco horas por delante. Y nos dimos cuenta de que no habíamos comprado forros. Y no teníamos un centavo más. Cinco horas por delante!! Y bueno, tomamos la inconsciente decisión de no cuidarnos, total, ¿Qué tanta mala suerte podíamos tener?

Tuvimos mucha mala suerte.

A los dos días yo ya sabía que estaba embarazada. Lo sentía en todo el cuerpo, sin necesidad de hacer ningún test. Lo sabía porque no me sentía sola, era una sensación rarísima. Recuerdo que le conté a mis amigos más cercanos antes de hacerme siquiera un test. Asi de segura estaba.
Por esas cosas de la vida, el barrilete nunca se enteró (no se enteró a tiempo, sino después, pero ya llegaremos a eso).
Yo en ese momento estudiaba, recién salía del secu y era una mocosa de mierda. Y estaba extasiada. Si, sabía que tenía que encarar a mis viejos, que iba a ser todo imposible. Sabía que el barrilete iba a querer volar cuando supiera. Pero yo iba a ser mamá, qué mejor?

A los dos meses y medio, estaba entrando a la mañana al gimnasio y sentí algo raro, sentí algo roto. No literalmente, sentí algo roto espiritualmente. Entré al gimnasio, fui al baño y bueno, sucedió.
Asi como entré salí, me fui a comprar cigarrillos (claramente había dejado de fumar), me senté a la vuelta, llamé a mi amigo Nano, que me dijo "No se si estar contento o triste". Siempre me voy a olvidar de sus palabras. Porque todos mis amigos me decían que era una locura, pero el era el único que estaba al lado, bancando los trapos.

Fui al médico a hacer lo que tenía que hacer y guardé ese dolor para siempre adentro mío.

El barrilete se enteró muchos meses después. Lo encontré medio de casualidad y se lo conté. Para qué? Porque tenía que saberlo, tenía que saber que casi fue papá. Y el me dijo que se hubiera hecho cargo, por más de que entre nosotros jamás hubo amor. Si, ya se que dije muera de amor, pero era solo de mi lado, no del lado de él. Nos abrazamos, nos dimos unos besos en Parque Las Heras y casi no volvimos a hablar. Sé que aunque ambos hayamos hecho nuestra vida, de vez en cuando, se debe acordar de todo esto.

FastFoward-

2010 -20 años. De novia hace pocos meses con un enano copado. Mi primera relación con familia incluida, la primer casa dónde me quedé a dormir "legal". Primera vez que me sentí "parte".
Con el enano no nos cuidábamos y punto. Nunca fue un tabú, simplemente fue así. El venía de una relación y una pérdida grande atrás, yo también, creo que fue más por ese lado.

Estábamos super enamorados, ahi si, los dos. Dados vuelta de amor.

Un día tuve la misma sensación que en 2007, la de la no soledad. Ahi si me hice un test enseguida y las dos rayitas corrieron. Estaba segura, no necesitaba nada. Se lo conté, nos pusimos contentos y empezamos a planear, a ver qué hacer. A ver qué mierda hacer, porque no teníamos un mango ninguno de los dos, sin laburo. Pero bueno, si  no podíamos alquilar algo para los dos, me iba a vivir con él y su familia que tanto amo. Pensamos todo.

Un día me desperté de la siesta con un dolor infrahumano, sentía que me partía a la mitad. No me podía ni mover. Lo desperté, llorando, y le pedí que me llevara al baño. Me tuvo que llevar a upa, porque no me podía mover. El estaba blanco como un papel, se sentó en el borde de la bañera a esperar. Y volvió a suceder. Mi cuerpo diciendo no, de nuevo. Ésta vez estaba un poco más adelantado, pasaditos los tres meses. La imagen del horror. Porque uno cuando piensa en aborto, no se si imagina en estos casos qué es lo que ves. Tampoco lo voy a contar por aca, pero es el dolor hecho desecho.

Lloré días enteros, dejé de comer, me quería morir. ¿Por qué pasar por ésto dos veces? Si era lo que yo más quería!

Pasa el tiempo y te das cuenta, o por lo menos eso me pasó a mi, que no eran los momentos indicados, que claramente no eran las personas indicadas. De esa forma logré salir y superar y darme cuenta de que no fue mi culpa que haya sido asi.

Hoy tengo casi 29. Por un tema hormonal soy infértil. En el caso de que quiera ser madre, se que voy a tener que hacerme mil tratamientos, inyectarme y demás. Y solo pienso en esos dos bebés. Porque eran bebés, no eran fetos, no eran cigotos, eran bebés, eran mis bebés. Pienso en cómo sería mi vida si ellos estarían aca. Y seguramente mi vida hubiera sido mil veces más complicada de lo que lo es hoy, pero también sé que sería más feliz por tenerlos. Que si hubiera podido hacer algo para evitarlo, lo hubiera hecho.

Pasar por un aborto es una experiencia espantosa. Ni te digo pasar por dos.

Entiendo que cada mujer es libre de hacer y deshacer con su cuerpo. Pero perdí embarazos en la edad gestacional de la cual se habla ahora como "abortable" y les puedo asegurar que no es solo tu cuerpo, es el cuerpo de otra persona que estás abortando. Es otra vida que estás optando por desechar.

Por eso no puedo nunca estar a favor. Por eso trato de no opinar, porque sé que las mujeres de mi generación no ven lo que veo yo. Y no quiero discutirlas ni convencerlas de nada. Pero mi decisión y opción siempre es la vida, más alla de todo lo que venga alrededor.


miércoles, 11 de abril de 2018

La voz de la ausencia

En días como hoy extraño tu voz. No es que cuando estabas hablásemos muchos, pero hoy me hace falta.

Aunque a veces pienso que quizás si estuvieras vivo, no estarías muy feliz conmigo. No terminé de estudiar como hubieras querido, ni baje todos esos kilos que tengo de más. Se que te hubiera gustado saber que me volvi una persona responsable, que trabajo como una burra para tener un futuro mejor, para poder darme los gustos que quiero.

Pero extraño tu voz, extraño tu voz cantándome que "canta y no llores". Extraño tus historias, tus manos rotas. Extraño ser chiquita y abrazarte, sentir el pecho peludo, el sweater, como le decíamos con Sol y Seba.

Extraño tu forma de encarar la vida, siempre para adelante, nunca para atrás. Extraño trabajar juntos en Villa Rosa, que nos enseñes a trabajar la tierra, a cuidar las plantar.

Extraño como siempre preferiste a Seba, y si, es justo, si cuando te fuiste, una parte de él se fue con vos, se despedazó. Nosotras con Sol solo te amábamos con locura.

Extraño a mi abuelo, extraño verte sentado leyendo el diario en la punta de la mesa, extraño tus anteojos verdes y gruesos. Extraño ver tu mirada, jugando con los colibríes.

De todas formas, siempre me queda lo mejor, asi me enseñaste. No tengo muchas más palabras. Ojalá que desde dónde estés las puedas leer. Ojalá que las estés leyendo ahora, sobre mi hombro, mientras las vomito sin poder frenarlas. Ojalá pueda sentir tu abrazo en mi espalda, tu amor en mi corazón.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Ese bichito

Todos tenemos un bichito adentro.

Ese que nos dice "Dalee, arriba" a la mañana o el que nos dice "Para de tomar" después del x (inserte aqui su cantidad de tolerancia) vaso de Fernet.

Pero ese mismo bicho del orto, es el que dice "Te está cagando". Si, bichito sorete, que no dejas de gritar al oido, por más de que no queramos escucharte.

Ese que representa todas las inseguridades que te construyen. Cada rollito que tenés de más, cada estría o pocito. Cada pelo que te sale en el lugar menos indicado. Cada rasgo de tu personalidad que te perturba de vos misma. Ahi está ese bichito para recordártelo y no dejarte nunca en paz.

Es una guerra constante, contra el bichito. Para tratar de seguir adelante y no escucharlo, porque te frena, no te deja seguir, te ahoga, no te deja respirar.

El bichito te bloquea, hace que la cabeza deje de funcionar, se transforma en todo lo que ocupa tu insegura cabecita. Anida, hecha raices, se pudre y se muere ahi y te deja el olor a mierda flotando en la cabeza.

Me encantaría poder escribirles sobre otra cosa hoy. Pero el bichito no me deja.

No puedo pensar, no puedo respirar.

lunes, 19 de febrero de 2018

Feminismo

El otro día, hablando con mi novio y un amigo, tuvimos una hermosa discusión acerca del feminismo.

Ellos hablan del feminismo desde la revolución, desde el choque, la "violencia", la disrrupción.

Y mientras decían eso, me puse a pensar en mi, en lo que el feminismo es para mi.

El feminismo para mi cumple 91 años en abril del 2018.

El feminismo tiene las manos más arrugadas que vi en mi vida, las más venosas. Esas manos que, cuando era chica, me contaba que se había deformado juntando caracoles en la playa. Todo para protegerme de eso llamado artrosis, todo para que no tuviera miedo.

El feminismo tiene la voz quebrada por los años y los daños. Tiene la voz fuerte, retadora, aunque se vaya apagando.

El feminismo tiene un solo ojo, porque se cansó de mirar injusticias. Porque la vida le sacó hasta eso.

El feminismo se va achicando con los años, todos los años está unos centímetros más chiquito.

El feminismo fue el primero que se enteró cuando quise buscar trabajo, y fue el primer número que marqué para contar que me habían tomado. El feminismo me enseñó que trabajar es la única forma de rebelarse, para ser independiente, del hombre y de la sociedad.

El feminismo me enseñó a ser libre, me enseñó que apoyarme en mis amigos es la salida a cualquier problema. Me enseñó que el amor es hermoso, mágico, pero no necesariamente codependiente. Me enseñó que se puede amar sin ser simbiótico, amebístico.

El feminismo me enseñó a romper barreras, a animarme, como lo hizo ella, cuando todos iban de traje a la playa, ella se calzó el dos piezas, para arrancar suspiros e indignación.

El feminismo es ella, mi abuela Nélida. Que desde el amor, la paciencia y el ejemplo, me enseñó más de lo que pueda decirme siquiera una chica gritando en televisión. Me enseñó a enfrentar la injusticia con la cabeza en alto, y trabajando desde mi lugar, desde mi postura. Hacer bien lo tuyo, ser una buena persona, una buena madre, una buena esposa, una buena mujer, una buena trabajadora, porque asi se cambian las cosas, desde tu lugar, siendo un poco mejor cada día.

Y con 91 años, entiende mucho más todo de lo que nadie entendió. Porque lo vivió todo y sigue estando aca, para darme cátedra de cómo mejorar este mundo podrido que transitamos.

A todos, les deseo una abuela Nélida como la mía. Les deseo que puedan encontrar una forma de luchar desde el amor absoluto, evitando la confrontación y los choques.

Les deseo la plenitud de saber que estás en el camino correcto, porque ella te lo marcó antes.

ESO, es el feminismo para mi.

viernes, 26 de enero de 2018

Nos veremos otra vez

No hay caso.

Olvidar o dejar atrás un amor es una de las cosas más difíciles que cualquier persona puede pasar.

Por más de que encuentres otra persona, otra cama, otro alma.

Cuando amas, pero amar de verdad, ese amor que a veces hasta te da ganas de vomitar, ese amor que te da ganas de morirte y volver a nacer, cuando amas asi, dejar atrás es una mierda.

En mi caso, me costó mucho "cortar el cordón" fueron tres años de idas y venidas, hasta que me di cuenta que tenía que dejarlo atrás, que él no era la persona con la que me iba a morir.

Y la vida hizo que conociera a alguien que aprendió a amarme, asi como soy, con mis neurosis, mis locuras, mis densidades. Y hoy soy una mujer completa.

Pero mi yo inseguro, mi yo débil, mi yo pesimista, muchas veces pensó: "y si la pifié?"

Usualmente coincide con momentos en los cuales ves a la persona que tenés ahora al lado y solo tenés ganas de romperle platos en la cabeza.

Bueno. Mi ex, esa persona que "era para mi" también encontró a una persona maravillosa, una persona para echar raíces, armar una familia.

Y el otro día me di cuenta que, finalmente y de una vez por todas, lo dejé atrás. Lo vi, en una foto, con ella y nunca nunca estuvo tan lindo, tan pleno. Ella es, su mujer, la que siempre soñó, la que le dio las alas que yo nunca supe.

Y me emocioné y brindé internamente por su amor, por su belleza, por su felicidad. Miré para adentro, y HOLAA tampoco estás tan mal.

Tengo 28 años, pasé muchos amores, desamores, polvos, amigos, chotas, hombres y puedo decir que jamás me sentí tan mujer como con vos. Encontré en vos a todo lo que me hace sentir completa, sos el que me hace reir a carcajadas, sos con el que me encanta vivir y bailar a la mañana antes de ir a trabajar. Sos mi vida, mi amor, mi todo.

Y a vos, Cuquito, siempre voy a estar, siempre vas a estar. Ya te superé, ya me olvidé de nuestro amor, pero nunca de vos. Gracias por haberme ayudado a pararme sola, y a enfrentarme a todo. Algún día o siempre, nos veremos otra vez.

https://www.youtube.com/watch?v=6ZZQMCw7x0E


martes, 23 de enero de 2018

No hay monstruos invencibles

La inocencia es delicada y con un buen golpe brutal 
te rompieron el espejo y te mirás en la pared de atrás 
y su eléctrica lumínica existencia colapsó 
hoy tu máquina a vapor ya no quiere más marchar 
no hay combustión anímica para seguir el viaje 

Siempre hay una explicación para cualquier crueldad 
aunque a veces se te olvide cuando se viene la noche 
no hay cuentos novedosos que te puedan rescatar 
de los fantasmas obstinados que hoy vienen a tu casa 
se ve en tu mirada que llegaste a la vida 

No hay monstruos invencibles 
que no te dejen crecer 
lo que es no puede dejar de ser 

“Qué hacemos con esa cabecita chiquita, qué hacemos?, 
dame un abrazo, vení, dame un abrazo” 

(No hay quien cante esas canciones que nadie quiere escuchar) 
(y quedás con confesiones que después suelen ahogar) 
(tu figura se hizo un día en que el cielo se amigó) 
(aunque es cruel como aprenden los seres felices) 
(que aún necesitan lágrimas para volver a nacer) 
para volver a nacer... 

No hay monstruos invencibles 
que no te dejen crecer 
lo que es no puede dejar de ser 

No hay monstruos invencibles 
si una estrella ha de nacer 
lo que es no puede dejar de ser 

(No hay quien cante esas canciones que nadie quiere escuchar) 
(y quedás con confesiones que después suelen ahogar)


Uso la letra de Cordera para convencerme de que no hay monstruos invencibles. 

Aún asi, los hay, siempre están, para mantenerte alerta, para que no dejes que tus paranoias te ganen, que la ansiedad no te haga transformarte en un ser oscuro, sin piel, sin vida. 

Les cuento lo que pasó el otro día. 

Fuimos a comer con novio a Siga La Vaca, Costanera. Vamos siempre, es un lugar el cual disfrutamos. 

Por cosas de la vida, soy siempre la que se para a buscar comida, ensaladas (parece un dato al pero, pero no lo es). 

Ese día nos sentamos en una mesa bastante incómoda, que triangulaba perfectamente con la mesa de ensaladas y la parrilla. 

En el primer viaje a la parrilla que hago, me cruzo una mesa, con aproximadamente 7 pibes. Los vi y se me heló la sangre. Se acuerdan del último posteo? Bueno, eran mis compañeros de la secundaria, todos, juntos, asi, riéndose, ruidosos. 

Fui a la parrilla corriendo y me volvi a sentar. Imposible la tranquilidad, estaban en la mesa de al lado! Y novio que me decía "Quedate tranquila, no les des bola". No se dan cuenta de lo que me afectó la situación. Me transpiraban las manos, temblaba, sentía un barril de 1000 kg de plomo en el estómago, y me moría de ganas de llorar, de irme, de revolearles algo. 

Para peor, los iba mirando de reojo y podía verlos, mirándome, con disimulo y por turno y reirse de mi. Yo pensaba, éstos deben estar diciendo, mirá a la gorda, con el novio, que va a la parrilla, que se va a comer todo. Porque cuando sos gorda, pensas que todos te ven asi, que no ven otra cosa. 

Toda la noche asi. Yo estaba fastidiosa, mi novio peor (el no lo entiende, no de malo, sino porque nunca le pasó). En determinado momento dije "chau, que se vayan a cagar, que se muran". Me paré, encaré para la mesa, no se para qué, porque no les iba a hablar. Y la sorpresa. 

No eran ellos. Eran 7 pibes que nunca había visto en mi vida. Lo raro es que ni siquiera eran parecidos físicamente. Eran 7 desconocidos que me hicieron pasar una noche horrible. 

Los monstruos no se van, se quedan ahi, al acecho, esperando a un momento de relajación y ZAZ, te dejan girando en falso. 

https://www.youtube.com/watch?v=AVcHOFUAkoM&index=10&list=PL0748304D40915ABE