sábado, 11 de septiembre de 2010

Cebada


El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.

El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.

Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es ¨hola¨ y la segunda "¿unos mates?".
Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan.
Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.

Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno.
Es lo único en lo que nos parecemos los buenos y los malos.
La gente pregunta, cuando no hay confianza: "¿Dulce o amargo?". El otro responde: "Como tomes vos".
Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas.

Siempre. Con inflación, con hambre, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie.
Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solos. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones.


El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...
Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena. La charla, no el mate.

Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y viceversa.
Es la sinceridad para decir: "¡Basta, cambiá la yerba!". Es el compañerismo hecho momento.Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente, "¿está caliente, no?".Es la modestia de quien ceba el mejor mate.
Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir "gracias¨, al menos una vez al día.

Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.


Ahora vos sabés: un mate no es sólo un mate...




Y en una cebada se hablan de muchas cosas. Y a veces no importa si está lavado, uno sigue y sigue. Porque siempre fue mi mejor amigo y nunca me dejó sola, no importa si eran las 9 de la mañana o las 12 de la noche, estuvo siempre, cada vez que necesité un oído. Reflexiones de Lalo, el gran Lalo Mirlo acerca del mate, honestamente valía la pena no poner un canción, aunque sea por esta ocasión. Y subir una foto que no es mía.


Siempre. Con inflación, con hambre, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas... Simpre el mate



miércoles, 8 de septiembre de 2010

Virgen de la amrgura


Rompiendo mi promesa de no volverte a verte ni en pintura, me he sentado a tu mesa, Virgen de la Amargura a jugarme a los dados nuestra suerte, a absolverte de todos mis pecados.

Bendigo la condena, al sólo de tu bordón que me hace fuerte y beso tus cadenas y quiero prometerte ser libres como dos versos tachados del dictado de la revolución.

Me acuso de morirte sin tu boca, confieso que desde que te has marchado solo bailo en las fiestas donde tocan la musica del vals de los ahorcados.

Virgen de la Amarguara, devuélveme la vida, sin tí todo es usura y noches perdidas facturas, calenturas, heridas sin sutura, caídas, congeturas, sacudidas, cerraduras despedidas de locura y callejón.

La guerra ha terminado, yo vengo a arrodillarme ante tu cama. Te rezan mil soldados y el palacio está en llamas, tu general arría mis banderas, las fieras entran en la catedral.

El rey murió en el campo de batalla, la reina se ha pasado al enemigo, yo no me cuelgo más que la medalla de no saber contar menos contigo.

Virgen de la Amarguara, devuélveme la vida, sin tí todo es usura y noches perdidas facturas, calenturas, heridas sin sutura, caídas, congeturas, sacudidas, cerraduras despedidas de locura y callejón.

Te vas y no te vas y cuando vienes rezo para que los trenes se equivoquen de estación.

Virgen de la Amargura…



No cerca la amargura. Solamente quiero pensar que todo va a pasar. Entretengo mis tardes jugando al solitario, tratando de componer canciones sin música, que no son poesías por el simple hecho de que anhelan ser eso, una canción. Miles de sensaciones atraviesan cada uno de mis centros nerviosos. Alegría, emoción, exitación, nervios, tristeza, depresión. Me viene a la mente el poema de Oliverio Girondo, "Espantapájaros" y su obsesión de ir contra los preconceptos de la poesía y realiza una estrofa llena de versos que terminan en "ión". Y siento que aparte yo tampoco se nada, que nadie sabe nada, y al mismo tiempo, todos sabemos todo. Todos sabemos lo que queremos, lo que nadie sabe es como llegar a todo eso sin perder o sacrificar todas las otras cosas que queremos. Solo se que quiero ser feliz. No importa como, ni con quién, quiero sentir en el pecho que todo va a estar bien, aunque sea por un rato, por un tiempo, pero si es para siempre mejor. Tengo el "horror vacui" del barroco, tengo miedo a no llenar estos párrafos, como si eso me separara de la locura..


Rompiendo la promesa, de no volver a verte ni en pintura..