viernes, 26 de enero de 2018

Nos veremos otra vez

No hay caso.

Olvidar o dejar atrás un amor es una de las cosas más difíciles que cualquier persona puede pasar.

Por más de que encuentres otra persona, otra cama, otro alma.

Cuando amas, pero amar de verdad, ese amor que a veces hasta te da ganas de vomitar, ese amor que te da ganas de morirte y volver a nacer, cuando amas asi, dejar atrás es una mierda.

En mi caso, me costó mucho "cortar el cordón" fueron tres años de idas y venidas, hasta que me di cuenta que tenía que dejarlo atrás, que él no era la persona con la que me iba a morir.

Y la vida hizo que conociera a alguien que aprendió a amarme, asi como soy, con mis neurosis, mis locuras, mis densidades. Y hoy soy una mujer completa.

Pero mi yo inseguro, mi yo débil, mi yo pesimista, muchas veces pensó: "y si la pifié?"

Usualmente coincide con momentos en los cuales ves a la persona que tenés ahora al lado y solo tenés ganas de romperle platos en la cabeza.

Bueno. Mi ex, esa persona que "era para mi" también encontró a una persona maravillosa, una persona para echar raíces, armar una familia.

Y el otro día me di cuenta que, finalmente y de una vez por todas, lo dejé atrás. Lo vi, en una foto, con ella y nunca nunca estuvo tan lindo, tan pleno. Ella es, su mujer, la que siempre soñó, la que le dio las alas que yo nunca supe.

Y me emocioné y brindé internamente por su amor, por su belleza, por su felicidad. Miré para adentro, y HOLAA tampoco estás tan mal.

Tengo 28 años, pasé muchos amores, desamores, polvos, amigos, chotas, hombres y puedo decir que jamás me sentí tan mujer como con vos. Encontré en vos a todo lo que me hace sentir completa, sos el que me hace reir a carcajadas, sos con el que me encanta vivir y bailar a la mañana antes de ir a trabajar. Sos mi vida, mi amor, mi todo.

Y a vos, Cuquito, siempre voy a estar, siempre vas a estar. Ya te superé, ya me olvidé de nuestro amor, pero nunca de vos. Gracias por haberme ayudado a pararme sola, y a enfrentarme a todo. Algún día o siempre, nos veremos otra vez.

https://www.youtube.com/watch?v=6ZZQMCw7x0E


martes, 23 de enero de 2018

No hay monstruos invencibles

La inocencia es delicada y con un buen golpe brutal 
te rompieron el espejo y te mirás en la pared de atrás 
y su eléctrica lumínica existencia colapsó 
hoy tu máquina a vapor ya no quiere más marchar 
no hay combustión anímica para seguir el viaje 

Siempre hay una explicación para cualquier crueldad 
aunque a veces se te olvide cuando se viene la noche 
no hay cuentos novedosos que te puedan rescatar 
de los fantasmas obstinados que hoy vienen a tu casa 
se ve en tu mirada que llegaste a la vida 

No hay monstruos invencibles 
que no te dejen crecer 
lo que es no puede dejar de ser 

“Qué hacemos con esa cabecita chiquita, qué hacemos?, 
dame un abrazo, vení, dame un abrazo” 

(No hay quien cante esas canciones que nadie quiere escuchar) 
(y quedás con confesiones que después suelen ahogar) 
(tu figura se hizo un día en que el cielo se amigó) 
(aunque es cruel como aprenden los seres felices) 
(que aún necesitan lágrimas para volver a nacer) 
para volver a nacer... 

No hay monstruos invencibles 
que no te dejen crecer 
lo que es no puede dejar de ser 

No hay monstruos invencibles 
si una estrella ha de nacer 
lo que es no puede dejar de ser 

(No hay quien cante esas canciones que nadie quiere escuchar) 
(y quedás con confesiones que después suelen ahogar)


Uso la letra de Cordera para convencerme de que no hay monstruos invencibles. 

Aún asi, los hay, siempre están, para mantenerte alerta, para que no dejes que tus paranoias te ganen, que la ansiedad no te haga transformarte en un ser oscuro, sin piel, sin vida. 

Les cuento lo que pasó el otro día. 

Fuimos a comer con novio a Siga La Vaca, Costanera. Vamos siempre, es un lugar el cual disfrutamos. 

Por cosas de la vida, soy siempre la que se para a buscar comida, ensaladas (parece un dato al pero, pero no lo es). 

Ese día nos sentamos en una mesa bastante incómoda, que triangulaba perfectamente con la mesa de ensaladas y la parrilla. 

En el primer viaje a la parrilla que hago, me cruzo una mesa, con aproximadamente 7 pibes. Los vi y se me heló la sangre. Se acuerdan del último posteo? Bueno, eran mis compañeros de la secundaria, todos, juntos, asi, riéndose, ruidosos. 

Fui a la parrilla corriendo y me volvi a sentar. Imposible la tranquilidad, estaban en la mesa de al lado! Y novio que me decía "Quedate tranquila, no les des bola". No se dan cuenta de lo que me afectó la situación. Me transpiraban las manos, temblaba, sentía un barril de 1000 kg de plomo en el estómago, y me moría de ganas de llorar, de irme, de revolearles algo. 

Para peor, los iba mirando de reojo y podía verlos, mirándome, con disimulo y por turno y reirse de mi. Yo pensaba, éstos deben estar diciendo, mirá a la gorda, con el novio, que va a la parrilla, que se va a comer todo. Porque cuando sos gorda, pensas que todos te ven asi, que no ven otra cosa. 

Toda la noche asi. Yo estaba fastidiosa, mi novio peor (el no lo entiende, no de malo, sino porque nunca le pasó). En determinado momento dije "chau, que se vayan a cagar, que se muran". Me paré, encaré para la mesa, no se para qué, porque no les iba a hablar. Y la sorpresa. 

No eran ellos. Eran 7 pibes que nunca había visto en mi vida. Lo raro es que ni siquiera eran parecidos físicamente. Eran 7 desconocidos que me hicieron pasar una noche horrible. 

Los monstruos no se van, se quedan ahi, al acecho, esperando a un momento de relajación y ZAZ, te dejan girando en falso. 

https://www.youtube.com/watch?v=AVcHOFUAkoM&index=10&list=PL0748304D40915ABE